
20 Mar Yo recuerdo… 1994
Los que tienen suerte estudian en tiempos de bonanza y encuentran ese trabajo perfecto antes de acabar la carrera pero yo tuve la mala suerte de acabar mis estudios en la Universidad Politécnica de Madrid justo cuando empezaba la crisis post-Expo 92 de Sevilla.
Quizá no como la de ahora, pero crisis. Crisis que, tras estudiar Turismo y hacer un postgrado en Gerencia y Dirección Hotelera, prácticas en agencias y hoteles y escribir miles de curriculums me llevó a probar todo tipo de trabajos, incluyendo la venta fría puerta a puerta con el Círculo de Lectores donde confieso que duré un día, en el que hice una venta y tras la felicitación del formador, le dije que “nunca mais”.
En uno de esos estudios pormenorizados a los anuncios por palabras de un periódico ocurrió lo inaudito. Por fin encontré una oferta que se asemejaba a mi perfil. Era un anuncio buscando a una persona para el departamento de marketing de una gran agencia. Lo que es más, diseñando rutas y productos para ellos. El trabajo de mi vida.
¿Qué hacer? Se me ocurrió poner un logo a mi curriculum. En el centro, un solecito de esos de clipart porque no había internet para descargar miles de fotos ni cámaras digitales para poner algo de creación propia. Por fin la suerte estaba de mi lado. Me llamaron, hice la entrevista – creo que bien – y cuando me preguntaron ¿qué significaba el sol? les respondí sin tener muy clara la respuesta que era, la ilusión, el tener un buen día y mirar con optimismo cada minuto de la vida. Lo que no les conté era que me parecía una buena forma de diferenciarme, mi marca personal. Su reacción… “para este trabajo buscamos gente seria”.
«Se puede ser creativo y diferente y al mismo tiempo hacer un trabajo serio y profesional.
No me volvieron a llamar así que nunca pude comprobar si se trataba del trabajo de mi vida. De ahí me fui a Nueva York y volví 13 años más tarde, donde no solo continué poniendo logos, sino que desarrollé mi carrera profesional y me convertí en lo que soy hoy, una persona que entre otras cosas crea logos para sus clientes y que basa todo su trabajo en hacer las cosas diferentes para salir del producto de marca blanca, de curriculums blancos y negros.
Por suerte los tiempos han cambiado y ahora llegan CVs creativos. Me encanta verlos, en todas las modalidades, jpgs con grandes diseños, webs interactivas, vídeos, mil y una ideas que hace que me interese por todas esas personas geniales, y no soy la única que se interesa en una evolución lógica de los CVs.
Hay que recordar que el curriculum es un documento que sirve únicamente para promocionar a una persona al igual que un díptico en un hotel, y que como tal, debe ser profesional, recoger información verídica, y al mismo tiempo ser lo suficientemente interesante como para atraer la atención del empleador potencial. De lo contrario, ya sabes, directo a la papelera.
Mi curriculum personal y un resumen de mi trabajo lo podéis encontrar en www.turiskopio.com y en mis cuentas de LinkedIn, Facebook, Flickr, YouTube, Instagram, etc. todo ello con solecitos y una gran sonrisa. Me gustan trabajos #inturisantes, retos personales con los que pueda aprender y seguir creciendo profesionalmente.
A algunos les sigue pareciendo que lo del sol y un monigote azul en nuestra web no es serio, pero indiferentes dejamos a pocos.
Sin comentarios.