
12 Ene Turismo gay: bienvenidos tod@s
En el 2013 los europeos estábamos enamorados del turista ruso: «добро пожаловать». Con el rublo fuerte venían en masa con tasas de crecimiento del 42% vis-a-vis el año anterior, y además, se gastaban muchos rublos por persona. Pero 11 meses más tarde y como consecuencia de «temas» geopolíticos (caída fuerte del precio del crudo, la guerra en Ucrania y el debilitamiento del rublo, consecuencia de los primeros dos hechos) han hecho que el turismo ruso se haya desplomado un 33% durante el 2014 dejando a aquellos empresarios que apostaron por Putin con muchas habitaciones vacías. Pero esta es la naturaleza de la industria del turismo: muy poco predecible porque en cualquier momento ocurren eventos que están fuera de nuestro control y que afectan directamente nuestros ingresos.
Para acertar cuál va a ser el país emisor estrella del año que viene se necesita ser un oráculo o tener al Pulpo Paul, y seguir apostando por el del año pasado es jugar a la ruleta rusa
Por eso voy a recomendar una apuesta más segura para los que buscan reducir los altibajos inherentes a la industria. Si bien es cierto que el turismo gay «está de moda» con incrementos del 10% sobre ejercicios anteriores, algo que a largo plazo es insostenible, podemos afirmar que las variaciones interanuales deberían ser menos acusadas. ¿En qué baso mi afirmación?
Los gays, aunque perseguidos en su propio país, son rusos. Los gays son británicos. Los gays son alemanes, franceses, uruguayos… y hasta españoles. Incluso puede que tu vecino también lo sea. Dicho de otra manera, el cliente gay es un cliente global y por lo tanto si hay menos gays rusos viajando en estos momentos lo más probable es que los de otro país compensen, por lo menos parcialmente, dicha caída. En términos económicos podríamos concluir que apostar por el cliente gay es diversificar la fuente de ingresos para reducir las posibilidades de pasar de vacas gordas a vacas flacas (o inexistentes) en cuestión de 11 meses.
La clave está en reducir la volatilidad de los ingresos para tener unas ventas recurrentes que cubran, como mínimo, los gastos fijos
Tampoco deberíamos olvidar que los gays en su conjunto facturan entre un 15% – 16% del gasto turístico total a pesar de representar cerca del 10 % del volumen de turistas a nivel mundial. Como diría Juan Pedro Tudela, más claro blanco y en botella (#turistopia).
Si quieres información de primera mano sobre las particularidades de este tipo de turista os recomendamos acudir a Fitur LGTB, que este año celebra su 5ª edición, y en la que seguro nos van a aportar más de una y de dos ideas para atraer a los rublos, euros y dólares de este colectivo. Puedes encontrar a sus organizadores en Twitter siguiendo a @diversitycons y @fiturgay.
En Turistopía encontraréis la ficha de Juan Pedro, incluyendo un curriculum igual de potente que la economía que genera el turismo gay.
Photo under CC: Guillaume Paumier
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