
09 Ene La nueva Oficina de Turismo tecnológica del aeropuerto de Bilbao
A la vuelta de mis vacaciones me he encontrado una muy grata sorpresa en el aeropuerto de Bilbao, bueno, el nombre oficial es Aeropuerto de Loiu-Bilbao porque está en Loiu pero lógicamente aprovechan la marca «Bilbao», una gran marca si me preguntáis mi opinion. Pero volviendo al tema original, que me estaba yendo por otros derroteros, decía que me he encontrado una gran sorpresa; bueno dos; no, tres.
La primera es que por fin han acabado las obras y la zona de espera del área de llegadas del aeropuerto está cubierta y acristalada, así que ya no tenemos que chupar frío ni mojarnos mientras esperamos con nuestras maletas a que nos vengan a recoger. Además tienen una pequeña cafetería, que con esto de los vuelos low cost a veces uno llega desfallecido. Así que, además de bonito, es sobre todo y ante todo práctico.
Diseño del panel de ampliación (zona en azul de la izquierda)
La segunda, hay un parquecito infantil que te hace la vida “facilísima” mientras esperas, porque un tobogán y una casita obran maravillas en la imaginación de un niño, y si además el primero está dentro de una estructura en forma de avión mucho mejor. Ahora podemos esperar sentados con un ojo en el parque y otro en el parking.
Y la tercera, objeto de este artículo, la nueva y flamante oficina de información turística. Siete pantallas montadas sobre una estructura circular que muestran fotografías y vídeos en alta definición de los principales atractivos turísticos de Euskadi, de forma sincronizada y con música de fondo. Una oficina que, cuando menos, te hace parar y echarle un ojo. Punto positivo.
Mas puntos positivos: pantalla táctil en el exterior con datos útiles para el turista que viene a Euskadi con información básica como tarifas de taxis, alquiler de coches, hoteles cercanos y otros tantos temas de utilidad, en múltiples idiomas y lenguaje de signos, con posibilidad de entrar en el portal de turismo de Euskadi y navegar para obtener más información.
Otro punto positivísimo: código QR en la puerta de entrada con la misma información que os he comentado en el párrafo anterior para «llevársela puesta». En este punto se les ha escapado un detalle ya que la puerta es automática y cada vez que acercas el teléfono se abre, así que tienes que hacer varios intentos al tiempo que intentas no poner cara de tonta por si se tratase de una cámara oculta bajo la atenta mirada del personal de atención al público ya cansado de ver la escena una y otra vez. O sea que, o quitamos el automático o cambiamos el código de sitio.
Yo por mi parte, aprovechando la coyuntura he echado un vistazo de medio segundo al interior de la oficina porque tenía el coche mal aparcado y además al lado de la grúa, y me ha encantado el diseño interior, si bien me ha llamado la atención para bien y para mal el único banco que he visto: para bien por su espectacular diseño y para mal porque solamente había uno, salvo que no me haya dado cuenta y haya más.
Por último, he echado de menos la inclusión de las redes sociales, que aunque sí que son accesibles desde la pantalla interactiva, creo que ofrecen muchísimas posibilidades si se pudieran integrar en una de las pantallas exteriores. Se me ocurren muchísimas formas de utilizar la información que los propios turistas (y/o oriundos) creen y compartan en la red. Ya sabes, los tiempos cambian y de la misma forma que escribíamos nuestro nombre con un cuchillito en una madera con las palabras «aquí estuve yo @turiskopio el 07/01/2012″, ¿no dejaríamos un mensaje o una recomendación para el siguiente amigo que venga a Bilbao? ¿O para el mundo entero? Seguro que @tecnalia, a tan solo un pasito de La Paloma (el nombre artístico del aeropuerto), nos puede echar una mano con la tecnología necesaria.
Sin comentarios.