Innovar en turismo, la huerta 2.0

Innovar en turismo, la huerta 2.0

El pasado lunes tuvimos el gran honor de participar en una jornada de trabajo de la mano deBasquetour y LKS para trabajar en las líneas de actuación que desde Gobierno Vasco se deberán poner en marcha para conseguir mejorar el nivel de profesionalización e innovación del sector turístico para elaborar el Plan de Competitividad e Innovación del Turismo Vasco 2010 – 2013, un plan absolutamente necesario y en el que tenemos grandes esperanzas.

 En la jornada contamos con la participación de grandes empresas y centros tecnológicos que están haciendo un trabajo de investigación interesantísimo en el sector: CicTourgune, Universidad del País Vasco,Robotiker, Vichomtech, ESI, The Movie e Innobasque y otro grupo no menos interesante y entre las que nos encontramos, que trata con el dia a dia de los pequeñas empresas que lucha por sacar su negocio adelante e innova dentro de su capacidad y con recursos propios muy limitados: Goitur, Hoteles Silken y Aktiba.

Durante nuestra conversación, expusimos el ejemplo del pequeño agroturismo dedicado a cuidar su invernadero cuya preocupación es el no dar abasto para atender la huerta, el hotel y además innovar. Les comentaba como desde Turiskopio en los cursos que impartimos, proponemos a estos agroturismos  hacer partícipes a los clientes del cultivo del invernadero, con la consecuente mirada que claramente significa:“¡estos se han vuelto locos!”.

La conversación del “cultivo del tomate” como símbolo de innovación, siguió surgiendo a lo largo de la jornada de trabajo…

Hoy nos confirma Territorio Creativo en su último post “Patatas, grelos, innovación y Social Media” que no solo no estamos locos sino que ya hay un pequeño empresario, un pequeño ganadero de la localidad de Outeiro del Rey de Lugo que viendo que no podía sobrevivir con los ingresos de la leche generada por sus vacas, ha creado un proyecto llamado Vida de Aldea que involucra a los consumidores en la producción de sus propios alimentos alquilando parcelas de terreno por 20 euros al mes en los que pueden hacer sus propios cultivos ecológicos y a los que enseña las técnicas de cultivo. Incluso este gran visionario ha creado una parcela solidaria a través de la que dona los ingresos al comedor social de su pueblo, hablando de responsabilidad corporativa. Y todo esto lo promociona a través de la web 2.0 y Facebook.

¿Estamos locos o no tanto?

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