06 Mar Formularios y estadística
Medias ponderadas, medianas y coeficientes. Datos cuantificables para predecir los gustos y necesidades del cliente, el cliente genérico que representa la voz del pueblo.
Pero los datos, por muy exactos que sean, no siempre se asemejan a la realidad por muy elevado que sea el ratio de probabilidad de que algo ocurra y a continuación os cuento en qué me baso para afirmar que Pierre-Pascal no son infalibles.
Para un nuevo proyecto que tengo entre manos estoy analizando una encuesta y simplemente no me creo las resultados. Digamos que un sexto sentido o posiblemente mi sentido arácnico (aunque no sepa trepar por las paredes) me dice que hay algo que no cuadra en lo que me muestra el papel, o dicho de otra manera, que las respuestas de los encuestados no reflejan lo que realmente piensan/sienten.
Como ejemplo os pongo lo que ocurre en mi pueblo y en muchos pueblos y no tan pueblos. El concejal de cultura nos dice que «todo el mundo pide más eventos culturales»: presentaciones, películas, entrevistas, coloquios, etc. pero siempre que se organiza uno la asistencia no es la que se esperaba. Pero si hablamos de otro tipo de eventos, con comida y/o bebida. la situación es otra, sobre todo el si el tiempo acompaña.
No se trata de un tema de mentir a la hora de rellenar las encuestas. A todos nos interesa la cultura y sabemos que es algo que debemos promocionar, tanto para nosotros como para nuestros hijos. El aprender y la cultura no ocupan lugar, nos hacen mejores personas, más abiertas, y al mismo tiempo nos permiten entender mejor el mundo e incluso ese vecino raro del tercero.
Pero hay unas cosas que cuestan más que otras.
El intentar recordar las cualidades que diferencian a una columna jónica de una dórica cuesta mucho más que el comerse un talo con txorizo, acompañado de uno, dos, o cinco txakolis. Por lo tanto, entiendo que tendemos a rellenar los cuestionarios con lo que nos gustaría tener en un mundo hipotético/perfecto y no con lo que en realidad queremos.
Algunas veces hay que salirse del camino que nos trazan las fórmulas matemáticas y tomar decisiones en base a nuestros conocimientos, experiencias, y sextos sentidos.
Todos los inversores tienen miles de herramientas para medir la rentabilidad de una adquisición, pero gurús como Warren Buffet tienen un olfato diferencial, ese «je ne sais quoi» que les permite tomar decisiones que suelen ser acertadas a pesar de lo que les dice la Campana de Gauss.
Ahora me toca a mi poner en práctica mis dotes de sabueso.
Deseadme suerte
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