Ferrán Adriá, alimentando la creatividad

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Ferrán Adriá, alimentando la creatividad

He ido a muchas conferencias, me gusta, se aprende mucho. He visto muchos oradores auténticamente magníficos y siempre me da envidia el verle explicar a alguien un tema complicado y aburrido de manera clara y, si es posible, divertida. Quien maneja la palabra como un arte logra llegar a los recovecos de la mente, pero hoy he visto otro tipo de orador, uno que llega al corazón, se apoya en las palabras, pero son su mirada, sus gestos y sobre todo su cercanía, lo que le hace llegar al alma. Este orador es Ferrán Adriá.

Ferrán Adriá

Sí, ya se que estaréis pensando… otro post para hablar de alguien famoso al que ya todos conocemos, un tema muy manido, un poco de autobombo al hilo de una marca famosa para decir “yo estuve ahí” y vivir del espejo de la gloria. Y sin embargo este post nace de la inspiración de haber escuchado durante dos horas a una persona hablar sobre un gran proyecto, por supuesto emocionante, interesante, de vanguardia y demás adjetivos, pero sobre todo, el proyecto de un una persona, de una vida. Todo está publicado en miles de periódicos de todo el mundo, innumerables vídeos que narran la historia del Bullí, infinitas entrevistas a Adriá, libros y muchas otras cosas. No os voy a contar nada que ya sepáis, pero si quiero dejar mi percepción de la persona que está detrás de este proyecto vital.

Cuando vas a ver a alguien famoso acostumbrado a hablar en foros internacionales, en Universidades como Harvard o MIT, una persona que ha visto mucho mundo, que se codea con las personas más famosas de nuestro planeta, no se sabe qué esperar, o mejor dicho, esperas que sea un gurú del marketing personal con un discurso pulido con clichés retuiteables. Pero este no es el caso de Adriá. Por supuesto que su presentación está cuidada al detalle, con un vídeo para cada aspecto comentado y la palabra Telefónica, su patrocinador que espera un retorno (suculento) para su inversión, emanando de su boca de manera cada dos por tres.

Y sin embargo, ha sido en el transcurso de ese discurso donde ha sobresalido la persona, que con un vaso de tomate y una naranja, ingredientes básicos de la cocina más casera, explica de manera directa y visual conceptos mucho más profundos. Pero no siempre las deas han sido claras como el agua para el proyecto culinario de Adriá. Durante su charla en la apertura del Espacio de Innovación Bilbao en la Alhóndiga Bilbao, decía Adriá que antes lo tenía todo embrollado. Tenía tal lío, que incluso él no era capaz ni de explicarlo.

Aunque las palabras de Adriá han sido tremendamente sencillas los conceptos dan para ríos y ríos de pensamiento. Creo que he empezado a entender porqué los menús de esos restaurantes de vanguardia son de dos o tres líneas y por qué un flan no es necesariamente un flan. Por muy sofisticado que sea, al pan pan y al flan flan.

Y sin embargo, volviendo al inicio de este post, lo importante ha sido lo ocurrido una vez terminada la charla final, cuando se han lanzado las preguntas y las respuestas han surgido desde su corazón, desde sus entrañas, desde su pasión. Ferrán hablaba a la gente de tú a tú, mirándole a los ojos. Ferrán hablaba de su equipo como amigos a los que conoce de tú a tú. Ferrán hablaba del sacrificio, de sus experiencias, del mundo, de la ciudadanía, del futuro y del pasado como si no lo hubiera contado nunca, como si fuera la primera vez que alguien le dejaba disertar a su gusto, entre amigos.

Ferrán Adriá sabe cuál ha sido y cuál es su éxito. Sabe que ha cambiado la gastronomía, para siempre. Sabe cuales son sus galones y no los esconde y sabe que su persona es el motor de muchas ideas, pero aún así, me ha llamado la atención su modestia. Ni siquiera se ha podido negar a la insistencia de la gente por sacarse fotos con él y obtener autógrafos cuando al terminar exhausto de la conferencia y tras decir que estaba cansado, muchos fans han (hemos) subido al escenario para poder aprovechar esta oportunidad, para muchos de nosotros única en la vida. Bueno, al menos yo no me codeo a menudo con la gente más famosa del planeta, con lo que es un momento irrepetible en el que he imortalizado “mi momento de gloria”. Espero que las ideas, la ilusión y el éxito se puedan pegar vía osmosis. Ok, ahí va el autobombo (yo soy la que persona que está a la derecha).

Ferrán Adriá y yo

Y para concluir dos twitts fruto de la inspiración, aunque si como dice Adriá la naranja no es un fruto, ya no tengo muy clara la causa de mis twitts.

Un abrazo y a seguir disfrutando de las oportunidades que la vida nos presenta en casa, en mi caso, en esta gran ciudad, Bilbao.

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